Gregorio Gil
En el primer artículo Sharon Beder nos muestra un estudio histórico muy detallado de la privatización del mercado eléctrico en el Reino Unido, pioneros en el proceso de liberalización del mercado eléctrico y las fases posteriores por las que fue pasando, haciendo hincapié en las numerosas disfunciones y comportamientos ajenos a la ortodoxia, pero no por ello menos reales. Se pone de manifiesto que el modelo de liberalización eléctrico practicado en este país ha perjudicado notablemente a las clases más necesitadas del mismo, quedando constatada una elevación de fallecimientos por este motivo. Se incluye aquí, con el fin de que nos concienciemos de la que se nos viene encima si dejamos que el mercado actúe libremente por su cuenta en el sector eléctrico, con una actitud propia de la fe de carbonero en el ultraliberalismo.En el segundo artículo, en mi opinión superior al primero, el alcance de estudio es más amplio y no está limitado a un solo pais, sino que abarca los distintos paises que ya han entrado, de una forma u otra, en la liberalización del mercado eléctrico y donde han tenido lugar número de privatizaciones con frecuentes fusiones y adquisiciones posteriores, quedando por lo tanto, en evidencia la pregonada competencia prometida al formarse fuertes oligopolios. Los cárteles energéticos han funcionado como grupos de presión politica, intentado por todos los medios (no democráticos) conseguir precios eléctricos cada vez más elevados o ayudas poco justificadas en otros casos, y donde los servicios se presten sólo en las zonas de mayor rentabilidad económica.
En España, la privatización salvo en el caso de Red Eléctrica ya se realizó en su momento, lo que se intenta ahora, es pasar a una completa “liberalización del mercado”. Se comenta que eso es lo que nos pide Europa, pero, en ningún lugar se ha votado eso que se sepa. Estos dos artículos y algunos más que están por venir, indican que las cosas no están tan claras como indican los “ultraliberales” que nos intentan vender esta doctrina como algo “moderno” cuando ya se halla obsoleta, en lo que al mercado eléctrico se refiere. La numerosas fusiones y adquisiciones que están en el horizonte próximo, parecen caminar en sentido contrario de la libre competencia y más en la direccion de la formación de potentes cárteles energéticos que pueden terminar poniendo a los Gobiernos democráticos contra la pared, con el fin de que cambien sus políticas, en especial, sobre los Gobiernos de izquierda, de modo, que terminen perjudicando a la mayoría de sus ciudadanos y en particular a los más pobres. Conviene por ello estar expectantes y denunciar estas situaciones si llegan a presentarse para plantarles cara debidamente.
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