lunes, 6 de octubre de 2008

La mano invisible no es la receta milagrosa

Gregorio Gil

Este blog se creó en su momento para llamar la atención sobre el "exceso" de liberalismo que se estaba adueñando de nuestra economía. Se ha intentado demostrar mediante artículos y opiniones en muchos casos más autorizadas que la mía, la peligrosidad de liberar la economía de cualquier tipo de reglamentación y control. La mano invisible era, al parecer, el conductor perfecto de los mercados y el modo de llevarlos por la máxima eficiencia a largo plazo.
Curiosamente estos planteamientos han sido defendidos no sólo por los partidos conservadores, sino tambien por una gran parte de los partidos de izquierda en distintas naciones, destiñendo en gran medida sus contenidos sociales. De modo que, cuando se hacían sugerencias sobre la conveniencia de que ciertos sectores, como por ejemplo, la energía fueran mantenidos en manos del Estado con porcentajes mayoritarios se nos tachaba de "anticuados" abogando por una completa liberalización del sector, a pesar de algunos precedentes nefastos como el caso Enron en California.

No cabe duda que lo moderno es el tsunami provocado por el comportamiento del sector financiero y el manejo abusivo realizado con las hipotecas. No sabemos cómo acabará todo esto pero lo que está claro es que ahora sí "conviene" la intervencion del Estado, ahora resulta que sí es moderno y conveniente.
Parece que todos estos directores de la economía que actuaron según estas premisas en la economía deberían ser apartados ya que han demostrado su incapacidad y arbitrariedad para seguir rigiendo los destinos de la misma. Del mismo modo que en otro momento se apartó esta vez sin argumentos a todos los que pensabamos que el Estado debería desempeñar un papel más activo que el que estaba desarrollando abogando por un golpe de timón.